A Veiga
Por: Marta Fernández Guadaño
Este hotel familiar es una dirección guardada entre los comensales locales. No deberían perdérselo si quieren conocer el auténtico significado de una casa de comida gallega, situada a un paso del imponente Monasterio de Samos. Un servicio de sala rápido, amable y efectivo, sirve una carta repleta de platos tradicionales como la impresionante sopa de pescado, los fideos con rape y gambas, la colección de croquetas variadas, una sabrosa merluza a la romana o un buen churrasco.
La parrilla es una de sus especialidades, junto con la cocina fluvial, con opciones como las truchas fritas y la anguila. La honestidad de esta casa apabulla, diferenciando en la carta entre pescados frescos y congelados. Durante el invierno tienen un cocido muy recomendable.
Carta: 20-35 €.