Casa Marcelo
Por: Marta Fernández Guadaño
Se trata de la dirección imprescindible, no ya de Santiago, sino de Galicia. Abierto en 1999, es la casa de Marcelo Tejedor, responsable de un capítulo clave de la historia gastronómica española con el que avanzó varias tendencias: cocina vista abierta a la sala, cocineros que se convertían en camareros para llevar platos al comedor, sin carta y con un único menú degustación cambiado casi a diario.
Casa Marcelo se adelantaba así a elBulli, que no instauró menú degustación como opción exclusiva hasta 2002. La historia sigue: en 2013, este genio y figura de la gastronomía reconvirtió Casa Marcelo en taberna casual, dejando a un lado la alta cocina y renunciando expresamente a la estrella Michelin. Pero el destino es tozudo, así que la guía francesa le devolvió a los dos años la distinción.
Ahora, se come en una gran mesa comunitaria, en el pase –convertido en barra– o en la mesa de la cocina. Algunos de sus hits, como la gilda de merluza de Celeiro o la patata puerro con yema de huevo y tocino ibérico, conviven con recetas globalizadas, como el choquito a la parrilla y kimchi o los robellons y remolacha en escabeche con mojo de borsch. De postre, pura historia: La Bica de Casa Marcelo. Con la pandemia, Tejedor abrió su patio para ofrecer maravillosas cenas en verano.
Carta: 35-60 €.