Bodega El Capricho

Por: Susana Martín

Tuvieron que venir los del The New York Times a situar el templo cárnico del maestro asador José Gordón en el mapa gastronómico mundial. Después, el auge ha sido imparable. Aunque, desde que cruzas la puerta de la bodega ya ‘te hueles’ el festival que vendrá después, nada mejor que saborear un pedazo chuletón premium.

Antes de la carnaza: es maravillosa la cecina de buey premium, o el tiradito de lomo bajo con atún rojo, o el steak tartar, o el tuétano con cítricos. Magnífica experiencia, que incluye las historias de Gordón sobre los cuidados de los bueyes. Si dejan hueco, el postre estrella es la torta de buey, sorprendente. Y acaban de estrenar un ‘hotelín’ con 6 habitaciones, en homenaje a la matriarca, Doña Elvira.