Yarza

Por: Almudena Ortuño

La relación calidad-precio de Yarza es la mejor de la ciudad, hay poca discusión en esta frase. Manu es joven, pero su cocina es vieja. Tiene la sabiduría del buen fondo, que se desborda en guisos como el cap i pota, las manitas de cerdo con trinxat (patata, col y tocino) o la sepia encebollada. Es un estratega del arroz –qué rico en perol de montaña– y un equilibrista del entrante; de la clásica titaina al mollete de papada. Desde que abriera el negocio que lleva su apellido, hace ahora tres años, ha mantenido un discurso sin titubeos. Ya no es discípulo de nadie, sólo de la cocina tradicional, que interpreta sin que suene a clásico.