Ca l’Enric

Por: Laura Conde

Tras la sofisticación de Ca l’Enric hallamos siempre, si miramos bien, destellos de aquella vieja casa de comidas donde servían platillos, cazuelas y brasas allá por los años 70. Porque detrás de la estrella Michelin de los tres hermanos Juncà hay mucho de aquella cocina tradicional de los padres, Desideri y Dolors, que ponía en valor los sabores, aromas y talante de un territorio que mira a la montaña, donde las carnes se cocinan con tiempo y abundan las setas y el huerto. Prueba de ello es que, todavía hoy, los menús degustación de Ca l’Enric comienzan con un gratinado de queso y macarrones y acaban con un requesón con miel.