Charrúa

Por: Alberto Fernández Bombín & Rodrigo Varona

Puede que no sea un básico en las agendas de los más puristas, pero este ¿asador? es sin duda uno de los locales más recomendables de la ciudad a la hora de combinar sustancia y estética. Sin duda, es esto último lo primero que llama la atención al entrar, tanto en su ubicación original como en la extensión que han realizado al local contiguo (cuesta reconocer lo que un día fue Casa Gades): la excelsa iluminación, el espacio entre unas mesas vestidas con gusto o los numerosos rincones con encanto. Pocos sitios tan acogedores existen en la capital. Presidiendo todo, sus parrillas, de donde salen piezas variadas de carne que cambian a diario y que frecuentemente no pasan de correctas, pero que ganan muchos enteros al ser combinadas con sus excelentes guarniciones de verduras a la brasa, un magnífico chorizo criollo o incluso algún buen pescado fuera de carta. Servicio atento y una carta de vinos que da juego completan una experiencia que siempre se salda con éxito independientemente de la compañía.