De la Riva
Por: Alberto Fernández Bombín & Rodrigo Varona
Pasa el tiempo y nada cambia en esta mítica casa de comidas, camino de los 90 años de vida. Bueno, alguna cosilla sí lo hace, pero ya está Pepe Morán atento al quite para que no se note. Por ejemplo, con la jubilación de Ángel Molina al frente de la cocina después de cuatro décadas en sus fogones, algo que en cualquier otro sitio sería un drama, pero que en esta casa se vive de forma natural al tomar el testigo Miguel Velasco, un ‘becario’ con más de 30 años de experiencia. Ello explica que nuestra última visita fuera, si cabe, aún más satisfactoria, centrada en la casquería (sesitos, callos, lengua, riñones), pero en la que también cayeron unos bocartes magníficos, sus adictivos caracoles en salsa picante o ese flan de la casa que merece reservar para no quedarse sin él. Y no se preocupen, que todas las demás especialidades (cuchareo, pescados al horno, zancarrón, rabo de toro) siguen ahí para disfrute de una parroquia que conoce por su nombre a todos los camareros, y viceversa.
Carta: 35-50 €.