Noi
Por: Alberto Fernández Bombín & Rodrigo Varona
Que Gianni Pinto era un chef con mucho talento resultaba evidente para cualquiera que hubiera probado sus platos en Sinfonía Rossini, durante su estancia en el Club Matador o en la primera etapa de este encantador restaurante. La diferencia es que ahora Pinto aplica ese talento con mesura y tino, en lugar de tratar de epatar al comensal a través de combinaciones innecesariamente complejas, consiguiendo de esta manera un resultado mucho más accesible, regular y satisfactorio. Ojo, esto no significa que la cocina de Pinto y Javier Gassibe (su mano derecha en los fogones) carezca de complejidad, porque nada más difícil que dar los pequeños toques que hagan genial una receta por todos conocida. Es el caso de su sorprendente parmigiana, la delicada caponata (ojo al uso de las verduras en esta casa), la lasaña de los domingos o unas pastas de campeonato. Por si fuera poco, buenos cócteles y una sala dirigida con elegante cercanía por Gabriel Medina y Gabriele Manzottu.
Carta: 40-50 €.