Picones de María
Por: Alberto Fernández Bombín & Rodrigo Varona
Posiblemente el fenómeno del año, tan inesperado como fulminante. Una modesta casa de comidas familiar ubicada en un local inapetente de un barrio poco acostumbrado a los restaurantes de moda y que gracias al trabajo de Jorge Muñoz (Tasquita de Enfrente, Mugaritz) logró convertirse en una de las mesas más deseadas de la ciudad, con meses de lista de espera tanto para su oferta habitual como para el inconmensurable cocido madrileño que ofrecían los jueves. Cuidado por la materia prima, sensibilidad al tratarla, pasión al explicarla, una fórmula de éxito que sin embargo ahora recomendamos con algún reparo debido a su salida del proyecto para embarcarse en otras aventuras que, sin duda, darán mucho que hablar. Mientras, lo cierto es que su ausencia no se nota excesivamente en una propuesta continuista que mantiene el nivel en los entrantes más clásicos y los postres, aunque es en los platos principales donde ya empiezan a asomar algunas dudas que tal vez aconsejarían el regreso a clásicos de la casa anteriores a la explosión de Muñoz.
Carta: 45-55 €.