Karak
Por: Almudena Ortuño
La energía que desprende Rakel Cernicharo ilumina sus platos. Ahí están los colores, los volúmenes y los aromas, confundiéndose los unos con los otros ante nuestros ojos, para provocar un estallido único en el paladar. Cernicharo tiene una mente frenética, que disfruta jugando con las especias y las salsas, disfrazando el queso de cereza y pintando los salmones de negro, para terminar durmiendo en un jardín de flores. Afortunadamente, ha aprendido a dominar sus impulsos y ahora está entregada a la filosofía de vida saludable. En sus nuevos platos hay muchos vegetales, nada de azúcar ni gluten, y un equilibrio palpitante.
Menús: 65, 75 y 90 €.