Kixkia
Por: Mikel Zeberio
Kixkia está situado en un entorno maravilloso, junto al río Salazar, en un pueblo tan bello y bien cuidado como Otsagabia –y de paso hacemos el guiño castizo de incluir aquí una sidrería–. Su manera de entender la cocina pasa por tener muy en cuenta el gusto del comensal, que aquí es el protagonista.
Su carta está estructurada por sensaciones, con platos serios, comprensibles y asequibles, que buscan un cromatismo especial. En la parrilla encontramos un grupo de chuletas atemperándose a la espera de visitar las calderas de Pedro Botero. Además, Kixkia destaca por el cogote de merluza, el magret de pato con salsa de naranja, las chuletillas de cordero lechal del valle de Irati y Salazar, el pulpo a la parrilla, esa salchicha vasca con puré de hongos, el chuletón a la parrilla o el cordero asado.
Aparte de la parrilla, el estofado tradicional de la casa, el paté de campaña que hace Ramontxo Arrosagarai con pimientita de Espelette y su mermelada, los huevos rotos de Kixkia, las manitas de cerdo en salsa, la merluza a la bilbaína, el bacalao ajoarriero con langostinos… ¿Seguimos?
Menús: 27, 32, 34 y 35 €. Carta: 30-35 €.